QUINTO DÍA EN ASTURIAS - VIERNES -

Hoy cogimos la autovía N-624 camino de Covadonga. El día más que playero, apuntaba ser un día litúrgico.

Poco antes de llegar no pude evitar elevar la mirada hacia la montaña y divisar el dúo de torres de la Basílica de Santa María la Real de Covadonga.

Nada mas llegar a lo alto de la montaña, saqué mi cámara y puse como loco a sacar fotos a aquel monumento.
Desde uno de los miradores que tiene la Basílica, se puede divisar la Santina, lugar en el que aproveché para sacarle fotos, ya que desde cerca no se le puede tomar a la Virgen.

Al terminar, entré en la Basílica, pero no se podían hacer fotos. Lo que más me llamó la atención del interior, era el Altar Mayor, junto con el inmenso órgano que tienen en la nave derecha del Templo. Es un lugar maravilloso.

Después, bajé hasta la Cueva. Allí vi las tres cruces y las estanterías con las velas. A las cuales también les hice fotos.

Tras andar un par de metros, llegamos al Santuario. Es una pena que no se le puedan hacer fotos, pero creo que fue suficiente con verla en persona. Al darle la vuelta, bajé hasta La Santina, lugar en el que también hice un par de fotos al laguito que hay allí.

Al terminar de ver todo el lugar, volvimos a subir a por el coche, para ir a almorzar.

Una vez que terminamos fuimos a dar una vuelta por Cangas de Onís. Algo que me llamó muchísimo la atención de aquel pueblo, fue sin duda el puente romano que hay desde el Siglo XIV.

A la mitad del puente tiene colocada la Cruz de la Victoria, símbolo propio de Asturias.

Después de ver el puente, volvimos al Hotel para editar las fotos.

Sin duda alguna, fue un día irrepetible.