LEY DE LA MIRADA (R, B, C, M)

Estos días hemos estado recordando en el taller la regla de los tercios y la regla del horizonte. Pero hoy, hemos ampliado un poco más nuestros conocimientos hasta llegar a la regla/ley de la mirada.

Esta regla consiste simplemente en respetar la dirección en la que está mirando nuestro sujeto. Es decir, en otras palabras, que a la hora de encuadrar un retrato, deberíamos dejar más espacio por delante del sujeto que por detrás de éste.

¿Qué se consigue haciendo esto? Se consigue darle fuerza expresiva al personaje que aparece en nuestra imagen. Respetando su mirada conseguiremos dotar de interés la acción que hace el protagonista, la acción de mirar. Si respetamos esta básica regla de composición, llamaremos la atención de todo aquel que vea la imagen sobre qué es lo que el sujeto está mirando y, si la composición de nuestra fotografía está bien realizada, conseguiremos que el espectador de la imagen siga ese espacio, en busca de lo que está mirando el personaje de la imagen, aunque esto no aparezca en la fotografía.


¿CÓMO Y CUANDO ROMPER ESTA REGLA?

Ya sabemos que las reglas de composición, en realidad, no son reglas. Son más bien directrices que nos ayudarán a conseguir composiciones agradables al ojo humano. Si embargo, debemos tener claro que cada fotografía es única y que, por lo tanto, unas reglas generales no funcionarán en todos los casos.
Aunque es probable que en la gran mayoría de las imágenes que realicemos siguiendo estas normas el resultado sea una fotografía con una composición correcta, puede darse el caso de que el hecho de seguir ciegamente una regla de composición nos dé como resultado una imagen poco expresiva. Por esta razón, es importante tener el criterio propio lo suficientemente desarrollado como para saber cuándo es mejor romper una regla de composición para conseguir una imagen mejor. Como estamos hablando de la mirada en los retratos, estos son dos ejemplos de situaciones en los que podría interesarte romper con la regla de la mirada:
  • Cuando no quieras que el sujeto mire algo. Si dejas más espacio por la zona trasera de tu sujeto, dará la sensación de que éste está dándole la espalda a algo, de que está rechazando algo, de que se está alejando o huyendo. Si necesitas transmitir estos sentimientos en una fotografía, el hecho de romper la regla de la mirada podría ayudarte.
  • Cuando quieras que el espectador de la fotografía esté incómodo, sea por la razón que sea. El recorrido natural que seguirían los ojos de una persona que viera un retrato sería, como ya hemos visto, seguir la mirada del retratado. Si cortas este movimiento, puedes llegar a causar un desconcierto en el espectador. Así que si eso es lo que quieres conseguir con tus imágenes, de nuevo, romper con la regla de la mirada puede ayudarte.

¿QUÉ PASA SI EL SUJETO MIRA FIJAMENTE A LA CÁMARA?

Hasta ahora hemos hablado de cómo tratar las miradas cuando debemos trabajar con ellas en alguna fotografía pero ¿somos conscientes de las repercusiones que una mirada tiene en la imagen en función de como sea? Vamos a poder un ejemplo: cuando un retratado mira directamente a cámara.
Cuando esto ocurre, lo que pasa es que la persona que hace la fotografía (el fotógrafo) se hace evidente a ojos de aquel que mire la imagen. Cuando alguien te mira directamente desde una imagen, no ves la fotografía sin más. Sabes (y no puedes huir de ello) que retratado y retratista se miraron durante un momento. No fue un robado, no es una relación inventada. A la hora de tomar aquella imagen, ambas personas estuvieron de acuerdo.
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